Existe algún que otro ministro de Educación, Cultura y Deportes cuya soberbia y prepotencia solo es comparable a su estupidez, y que está cometiendo el gran error de aplicar una egoísta y retrógrada visión política cortoplacista que concibe la Educación como un gasto y no como una inversión. Es el mayor problema de los políticos actuales que, acomodados y aislados en su burbuja económica, solamente piensan en las próximas elecciones y olvidan a las próximas generaciones. Porque ellos son los putos amos de este sombrío presente y, para que nada cambie y sigan en la cresta de la ola, deben recortar con mano dura y en forma de reforma para que así la sociedad aborregada siga el camino único que anda el rebaño guiado por un lobo disfrazado de pastor.
El problema real de España, el más urgente y necesario, es educar a esta sociedad para que deje de cometer errores y fechorías. Hay un proverbio turco que dice que el que no da oficio a su hijo, le enseña a ser ladrón, y está claro que nosotros somos un país de cleptómanos cuya única manera de evitar el delito y el castigo del hombre, es educando al niño. Pero desde el poder, desde esa élite de pijos enchaquetados y formados en caras instituciones, no van a permitir que se acabe con esa distinción de clases y por ello manejan la tijera con destreza para extender la ignorancia que desciende a la servidumbre y evitar que el pueblo ascienda a la libertad que da la educación y el conocimiento
Sé que yo soy un estudiante encabronado y utópico que aun conserva la esperanza de cambiar el mundo y, localizando, cambiar este puto país de catetos, zorras y fachas en el cual el Licenciado y el Diplomado se ve obligado a emigrar para encontrar las condiciones de vida dignas que España no le ofrece.
LA EDUCACIÓN NO SE VENDE, SE DEFIENDE
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